Entre las principales figuran la cacería —muchas veces ilegal—
de animales silvestres y la pesca, sea con fines comerciales o deportivos. La
devolución desde Miami, EE. UU., de una carga de animales silvestres que fueron
exportados desde Paraguay con documentos adulterados es un ejemplo reciente de
esto. Además, hay que considerar la tala de bosques y la de forestación con
miras a habilitar tierras para la agricultura y ganadería; la quema de campos y
los incendios forestales; las construcciones en general, sean carreteras,
caminos, represas, embalses, centros poblados; la contaminación de suelos,
humedales y aguas por productos químicos y residuos industriales o
domiciliarios. En estos casos, los animales quedan desprotegidos, sin refugio
natural o hábitat, sin alimentos y agua.
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